Introducción

Introducción. Movimientos nacionalistas y procesos de unificación

El canciller Bismarck

En este aprendizaje veremos cómo después de la caída del imperio napoleónico, y de las guerras de principios del siglo XIX, se formó una coalición de naciones integrada por Rusia, Prusia, el Reino Unido, España, Portugal, Austria y Suecia que tenían como objetivo defender a sus naciones de cualquier tipo de invasión e intervención, tal y como lo había intentado Napoleón I al tratar conformar un gran imperio bajo su dominio.

Dentro de las intenciones que se dejaban entrever estaban la necesidad de dar un equilibrio de poderes de aquellas naciones que se disputaban el dominio del continente; por otro lado, se buscaba hacer una alianza contra cualquier intento de brote liberal o revolucionario que lesionará los intereses de los regímenes absolutistas todavía establecidos en Prusia, Rusia y Austria.

Durante la primera mitad del siglo XIX, las revoluciones y movimientos sociales y obreros fueron una constante; producto de las ideas liberales emanadas de la Revolución Francesa, por lo que se creó un clima revolucionario que llevó a algunas naciones a fortalecer el nacionalismo como respuesta a las monarquías absolutas.

De esta manera veremos dos ejemplos de este proceso: la unificación Italiana y Alemana, que les permitirá fortalecer sus fronteras e iniciar, en el caso de la segunda, su despegue industrial para contender por la supremacía capitalista de la región.

Conocerás las características del nacionalismo y los procesos de unificación que algunos países europeos experimentaron a partir de la consolidación del sistema capitalista de libre competencia.

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