El proteccionismo

El proteccionismo

Durante todo el siglo XIX los aranceles siguieron existiendo pese a la lucha de los librecambistas por acabar con ellos. Llama la atención que Inglaterra fuera altamente proteccionista a inicios de ese siglo pese a su dominio y preponderancia industrial. Para esa época aún estaban vigentes las Leyes de Navegación que se promulgaron en 1651 y que sirvieron para convertirla en la primera potencia comercial, desbancando a Holanda; no fue sino hasta 1849 que se suprimieron. Un intenso debate se llevó a cabo en el Parlamento inglés cuando se discutió sobre las Leyes de Granos que gravaban fuertemente la importación de cereales. Los liberales argumentaban que los aranceles encarecían el precio de los alimentos y que por lo tanto se tenía que aumentar el salario de los trabajadores para que pudieran adquirirlos; además, si se liberaba la importación, los países productores tendrían más ingresos y con éstos adquirirían los bienes industriales producidos por los ingleses. Esta ley fue derogada en 1846.

Actividad comercial en el Puerto de Londres alrededor de 1840

Otras medidas proteccionistas se aplicaron a los productos siderúrgicos, a ciertas materias primas, a la exportación de maquinaria y a la contratación en el extranjero de trabajadores calificados. En suma, Inglaterra había decidido continuar con su proteccionismo hasta que estuviera segura de su supremacía mundial, cuando llegó el momento decidió disminuir y en algunos casos suprimir los aranceles. No obstante, cuando los Estados Unidos se industrializaron y entraron en la competencia, los capitalistas ingleses solicitaron al gobierno protección frente a los productos norteamericanos.

Al finalizar el siglo, las potencias industriales se movían hacia el libre cambio, muestra de ello es el tratado comercial que firmaron, en 1860, Gran Bretaña y Francia conocido como Cobden-Chevalier, con este tratado se suprimían las tarifas arancelarias entre ambos países. También se incluía la cláusula de la nación más favorecida, de esta forma se extendían las reducciones arancelarias pactadas a terceros países con lo que la apertura comercial rebasó las fronteras de las dos naciones. Francia firmó otros tratados con Bélgica, Italia y Suiza.

Portada de la publicación de la Tarifa Dingley

El fenómeno se repetía en Estados Unidos: el proteccionismo y el librecambio se alternaban según la presión que ejercieran en el Congreso los grupos partidarios de uno o de otro sistema. A pesar de que para los estadounidenses el comercio con el exterior no era muy significativo, los aranceles siempre fueron importantes en tanto ofrecían protección a su industria nacional. Deberá recordarse que su industrialización fue posterior a la inglesa y para ellos era necesario cuidar su incipiente industrialización frente a la supremacía británica. En 1897, bajo la presidencia de William MacKinley se introdujo la tarifa Dingley que llevó a que se considerara a los Estados Unidos como el país más proteccionista dado que los derechos de importación aumentaron aproximadamente en un 52%.

Por tanto, podemos concluir que la idea de que el comercio se llevara a cabo sin ninguna restricción, solamente podía existir en teoría, por cierto, no la de Adam Smith, puesto que él nunca planteó la desaparición total del proteccionismo sino que propuso su aplicación cuidadosa de manera que reportara beneficios al país. Por esta razón encontramos que el proteccionismo se incrementaba cuando era necesario proteger la producción nacional y se reducía cuando convenía establecer lazos comerciales con otros países.

Para que practiques lo aprendido te sugerimos que realices el Ejercicio 2.