Independencia Brasil

Independencia del Brasil

La historia de la independencia de este país empieza con la invasión napoleónica de 1807 a Portugal, por lo que el Rey Juan VI y la corte portuguesa tuvieron que salir de Europa y refugiarse en su imperio americano, en Rio de Janeiro, y desde allí dirigir la guerra en contra de Francia. En 1815 se declaró la unión de Portugal y Brasil en un sólo Reino Unido, y resulta un hecho inédito en las colonias, que esta vez, el monarca se estableciera en la colonia y no en la metrópoli.

En 1820 estalla la revolución liberal en Portugal y se proclama la Constitución, por lo que se exige el regreso del Rey a ese país, dejando a su hijo Pedro I de Brasil como Regente. En 1821, la provincia Cisplatina (hoy Uruguay) se unió a Brasil.

El príncipe heredero se alió con los nacionalistas de Brasil, por lo que se unió a la revuelta conocida el grito de Ypiranga para lograr la independencia el 7 de septiembre de 1822, siendo proclamado emperador de Brasil a finales del mismo año. Esta situación fue un precedente importante en las relaciones que se establecieron entre la metrópoli portuguesa y la colonia brasileña, a diferencia de lo acontecido con las colonias españolas, inglesas y francesas establecidas en el continente; ya que propiamente los reyes portugueses trasladaron su gobierno a una región americana.

Al contrario de las otras independencias, en las que hubo guerras prolongadas, la de Brasil se logró rápida y pacíficamente. En parte porque Portugal no tenía dinero para enfrentar una guerra, en parte porque no fue una revolución radical en la que se tocaran los intereses de las clases privilegiadas. En el movimiento emancipador existieron grupos sociales distintos que reflejaban claramente sus intereses de clase. Así tenemos a la aristocracia rural del sudeste, que formó el partido brasileño, con una tendencia conservadora que defendía la unidad territorial, la esclavitud y los privilegios de clase.

Por otro lado estaban los sectores populares urbanos, quienes conformaron a los liberales radicales, cuyo dirigente principal era Joaquín Gonçales Ledo, pero que permanecía aliado a la aristocracia rural; esta última localizada en el norte y el noroeste de la región, quienes defendían un federalismo y pugnaban por el separatismo, pero que también se enfrentaban la resistencia de los comerciantes y militares portugueses ubicados principalmente en Pará, Maranhäo y Bahía.

Pedro I de Brasil y IV de Portugal

Estos fueron algunos de los problemas a los cuales tuvo que enfrentarse el emperador Pedro I, en un país conformado por provincias con diferentes ideologías que se reflejaron en la idea de gobierno que pretendían para la recién independizada nación. Así nos encontramos con la región de Rio de Janeiro más liberal y el resto más conservador y patriarcal, pero también nos encontramos con otras zonas que defendían la idea de mantener un poder centralizado a fin de controlar algunas zonas en el norte, en donde el ideal republicano estaba haciendo resonancia.

El objetivo principal del partido brasileño era la creación de una monarquía dual (con Brasil y Portugal) para conservar la autonomía administrativa y la libertad de comercio, pero al conocer las intenciones de las cortes portuguesas decidieron unirse a la guerra sin alterar el orden social y los privilegios. Este partido chocaba con los ideales de los liberales radicales quienes buscaban algunos cambios más democráticos y, sin embargo, la facción que ganó fue la del partido brasileño, por ello las estructuras sociales no sufrieron ninguna modificación real, incluso la esclavitud permaneció, en suma, como refiere Bethell: “Se había efectuado una revolución conservadora” (1991: 203).

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