Agricultura

La agricultura

En la Nueva España la agricultura fue la base de la economía, por la producción de alimentos para la población y para el ganado, y como materia prima para otras actividades económicas como la minería. Generó importantes ingresos para España, por la gran cantidad de productos que se exportaban a Europa como: cacao, jitomate, aguacate, maderas, vainilla, grana cochinilla, etc.

La tierra y el clima templado de la Nueva España favorecieron la introducción de nuevos cultivos como el arroz, avena, cebada, sorgo, caña de azúcar, trigo, café, ciruelo, durazno, lino, cáñamo, el añil, etc.

El trigo

Fue el cultivo más apoyado por las autoridades, por ser la base de la alimentación española, al cual se destinaron importantes regiones y de mano de obra indígena. Hacia la segunda mitad del siglo XVI se conformaron cuatro grandes zonas trigueras: 1) los valles de Atlixco y Puebla; 2) el valle de México y Toluca; 3) El Valle de Oaxaca y 4) algunas regiones de Jalisco, Michoacán, Guanajuato y Zacatecas. Los españoles introdujeron una nueva organización en el trabajo y nuevas técnicas, como la yunta, el arado y otros aperos de labranza.

La caña de azúcar

Fue un cultivo de gran demanda, se produjo en: Cuernavaca, Atlixco, Puebla, Orizaba, Jalapa, Córdoba y Michoacán, de menor importancia en Oaxaca y Chiapas. Los indígenas fueron brutalmente explotados, en estas plantaciones, por lo que en 1631 la corona prohibió el trabajo indígena, sustituyéndolo por esclavos negros traídos de África.

Otros productos agrícolas importantes fueron el algodón, el cacao, la vainilla y el añil, todos ellos de origen autóctono. El algodón fue importante porque constituyó la materia prima de la industria textil. Durante el siglo XVI el olivo y la vid, el gusano de seda, la morera (planta para alimentar al gusano), el lino y el cáñamo tuvieron buena aclimatación pero cuando su producción representó competencia para los productores de España se prohibió su explotación.

La agricultura indígena no obtuvo cambios importantes, los indígenas siguieron utilizando los instrumentos rudimentarios de labranza y el sistema de cultivo de milpa y chinampa. Los productos cultivados fueron los mismos de siglos atrás: maíz, frijol, chile, jitomate, calabaza, algodón, cacao y maguey, entre otros y la producción siguió siendo fundamentalmente para el autoconsumo.