Pintura

La pintura en la Nueva España

El principal patrocinador de obras pictóricas en la Nueva España fue la Iglesia católica. En el siglo XVI destaca la pintura mural en los recintos conventuales: en las capillas, en la nave, en el claustro, sacristía y porterías.

Los tlacuilos decoraron los primeros templos, los artistas que realizaron los murales fueron los egresados de las escuelas novohispanas de artes y oficios. Paralelamente a este proceso se incorporaron los estilos artísticos europeos, que condujeron a la imposición de técnicas, modelos y formas de representación externas, tales como la pintura al temple o al óleo, el uso de la perspectiva como forma de representación espacial, la transferencia de imágenes cristianas con simbolismos ajenos a la cultura de los pueblos antiguos de México. No obstante, subsistieron diversos elementos artísticos indígenas y se fusionaron con los españoles, produciendo obras con un sincretismo artístico y cultural.

Murales de la Casa del deán Tomás de la Plaza y Goes (el deán era el segundo en importancia después del obispo) en Puebla de 1580. Se plasman temas no religiosos de la poesía del italiano Francesco Petrarca.
La pintura al óleo sobre lienzo fue realizada por criollos que estaban al servicio de la Iglesia, todo giraba en función de la misma. En 1555, la autoridad clerical decreta que ningún español o indígena podría pintar imágenes o retablos sin previo examen y autorización del poder eclesiástico. En 1557 las autoridades virreinales dictaminaron una jerarquía gremial formada por aprendices, oficiales y maestros. El arte español del siglo de oro tuvo influencia determinante en los pintores mexicanos.
Pintores novohispanos
Detalle del retrato de la aparición de la virgen por José Juárez

Hijo de Luis Juárez, es reconocido por sus obras iconográficas que representan la vida o el martirio de personajes como en los frescos: Santos Justo y Pastor (1653); La Sagrada Familia (1655), Adoración de los reyes, Visión de San Francisco y Martirio de San Lorenzo, entre muchos más.

Detalle de la Plaza Mayor de México por Cristóbal Villalpando

Se distinguió por su pintura barroca, en la pintura mural utilizará la técnica al óleo. Sus obras son múltiples, algunas se pueden apreciar en la catedral de la Ciudad de México, en el convento de Tepotzotlán, en el templo de Huaquechula. Destaca el retrato de la Plaza Mayor de México.

Detalle del Retrato de Sor Juana Inés de la Cruz por Miguel Cabrera

La etapa barroca representó plásticamente el entorno social vinculado a la religión, pero también dejó constancia de costumbres y espacios de la realidad cotidiana como lo podemos observar en los cuadros de castas de Miguel Cabrera, pintor mexicano nacido en Antequera de Oaxaca en 1695, es considerado uno de los máximos exponentes de la pintura barroca novohispana del siglo XVIII por cuadros como Retrato de Sor Juana Inés de la Cruz y 300 obras más.