Calendario y enumeración

El calendario y el sistema de enumeración en Mesoamérica

El calendario mesoamericano

Los pueblos mesoamericanos fueron excelentes observadores de los fenómenos naturales; el del sol y de la luna, el planeta Venus, conocieron la estrella polar y calcularon los eclipses.

El interés por conocer y dominar su contexto natural, así como el afán de dar un sentido a su vida, les llevó a desarrollar conocimientos matemáticos precisos que culminaron en la elaboración de sistemas calendáricos complejos. La observación del cielo desarrolló asimismo la aritmética, la numeración, la geometría y la escritura. Los instrumentos de observación fueron muy sencillas: dos varas o hilos cruzados para determinar desde un sitio fijo una línea visual y un palo vertical para marcar el paso del Sol por el cenit.  En varios sitios arqueológicos se han descubierto la relación entre el movimiento de los planetas y la orientación de los edificios.

La principal actividad económica en Mesoamérica fue la agricultura. Por este motivo, el conocimiento de las distintas estaciones a lo largo del año fue de gran importancia, pues los procesos de cultivo dependían del cambio de la temporada seca a la lluvia. Esta necesidad vital llevó a los mesoamericanos desarrollar el calendario.

El calendario mesoamericano ordenaba el tiempo y establecía las fechas en relación a las actividades agrícolas, las fiestas religiosas, la conmemoración de acontecimientos míticos e históricos, entre otros. Aunque hubo distintos calendarios en Mesoamérica, compartían una base en común. A partir del Clásico se distinguen dos ciclos o cuentas calendáricas:

  1. El tonalpohualli:el calendario ritual que estaba compuesto de 13 grupos de 20 días (calendario zapoteca) o 20 grupos de 13 días (calendario mexica) para formar un ciclo de 260 días.
  2. El xiuhpohualli: el calendario civil, basado en el movimiento solar, que estaba compuesto de 18 grupos de 20 días más 5 días adicionales para formar un ciclo de 365 días.

    Ambos, enlazados, daban lugar a la gran cuenta de 52 años, el “siglo” mesoamericano. El siguiente ciclo contenía 18.980 días que correspondían al periodo en el que los ciclos de 260 y 365 días coincidían. El número 18.980 es el mínimo común múltiplo de 260 y 365 y es igual a 52 años del calendario solar y a 73 años del calendario ritual.  Con excepción de la Cuenta Larga de los Mayas, el cómputo del tiempo era cíclico y se repetía cada 52 años.

    En la cultura mexica el calendario de 260 días se relacionaba con el Tonaltamatl o Libro de los Destinos, que utilizaban los sacerdotes para predecir  años malos o buenos con base en las fechas de nacimiento de la gente.

El sistema de enumeración mesoamericano


Sistema de numeración mexica


Sistema de numeración maya

El sistema de numeración en todos los pueblos mesoamericanos tuvo como base el sistema vigesimal, es decir, los múltiplos aumentaban de 20 en 20 en lugar de 10 en 10 como en la nuestra.

“Los números mesoamericanos más antiguos están registrados mediante puntos con valor de 1 y barras con valor de 5. En este sistema no se pueden escribir más de 4 puntos ni más de 3 barras. El sistema de puntos y barras tuvo una difusión temporal y espacial muy amplia; se conocen anotaciones con ese sistema desde el Preclásico hasta el Posclásico, y se les encuentra en toda Mesoamérica. Durante el clásico se desarrolló otro sistema: el de puntos únicamente, en el cual se conservan su valor de 1. En ocasiones ambos sistemas pueden estar registrados simultáneamente, como en los códices del Grupo Borgia, en la inscripciones de Xochicalco y en algunas mexicas.” (Ayala Falcón, M. (2001). La escritura, el calendario y la numeración).

La forma de representar era diferente de acuerdo con la cultura o época. Por ejemplo, los mayas tuvieron un sistema de carácter posicional, los números tienen un valor según el lugar que ocupan, así como en nuestro sistema y los representaron por números y rayas. También utilizaron el cero que les permitió hacer cálculos complejos. Los mexicas utilizaron un sistema vigesimal de numeración pero no era posicional, lo que tuvieron que crear símbolos particulares para cada número o combinaron varios símbolos.

El sistema de numeración permitió sumar, estar, multiplicar y dividir. Con estas operaciones fueron capaces de realizar precisos cálculos astronómicos y calendáricos. En el caso de los mayas se realizaban con puntos, rayas y caracoles.

Así determinaron los movimientos del Sol, la Luna y el planeta Venus además de establecer conglomerados de estrellas o constelaciones de nuestro universo.

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