Biológica

Importancia de la biológica

México es el país de América junto con Brasil, con el mayor número de Centros de Diversidad de Plantas. Estos centros se seleccionaron debido a la gran diversidad de especies de plantas y de hábitats, el alto número de especies endémicas y de proporción de especies adaptadas a condiciones especiales de suelo, y el grado de amenaza de deterioro.

De 75 centros de diversidad de plantas en el continente americano, 13 se encuentran en México, siendo los siguientes: Selva Lacandona (Chiapas), Uxpanapa-Chimalapas (Oaxaca, Veracruz, Chiapas), Sierra Juárez (Oaxaca), Tehuacán-Cuicatlán (Puebla-Oaxaca), el Cañón del Zopilote (Guerrero), Sierra de Manantlán y Tierras Bajas (Jalisco), Cuenca Alta del Río Mezquital (Durango), Región de Gómez Farías (Tamaulipas), Cuatro Ciénagas (Coahuila), Sierra Madre Occidental (Chihuahua) y centro y norte de la Península de Baja California.

En el siguiente mapa puedes observar los estados en los que se encuentran distribuidos los centros de diversidad de plantas en México.


El oxígeno que respiramos aportado por los árboles y algas microscópicas, la acumulación de suelo fértil para la agricultura, la regulación de los climas y la existencia de los ciclos biogeoquímicos son factores biológicos absolutamente indispensables para el mantenimiento de nuestras sociedades. Revisa más beneficios que se reciben de la biodiversidad en el siguiente acordeón:

 

Amapola de opio, planta de donde se extrae la morfina

Aun cuando sólo se conocen las propiedades de un 2% de las plantas, éstas son el origen de una buena cantidad de fármacos y drogas como la quinina,  la morfina, entre otras. Existen referencias de que 3352 plantas tienen uso medicinal.

Con base en el reconocimiento de que el mundo vegetal es una fuente de propiedades curativas, la industria farmacéutica está cambiando las políticas de ayuda medioambiental en cuanto a los derechos de explotación.

 

Caracol púrpura, del cual se extrae un tinte con el que se colorean prendas como rebozos, vestidos, huipiles y diademas, que portan sobre todo las mujeres mixtecas, se encuentra amenazado, pero no por la explotación de su preciada sustancia, sino porque se emplea para preparar cocteles.

También la diversidad genética tiene una gran importancia económica, pues a través de la variabilidad de genes, el ser humano puede ejercer una selección artificial de variedades de plantas y animales con características benéficas para él, dando lugar al proceso conocido como domesticación.

La biodiversidad contribuye a la economía porque se pueden extraer de la naturaleza diversos productos como: maderas, caucho, tintes, insecticidas, ceras, conservantes, condimentos, aceites y plantas de ornato, por citar algunos.

 

Así como la domesticación del trigo en la Mesopotamia y la del arroz en India y China sentaron las bases para la revolución neolítica en Europa y Asia, la domesticación del maíz transformó el desarrollo cultural de todas las civilizaciones americanas posteriores.

México es un centro importante de domesticación de plantas, razón por la que alberga y administra los recursos genéticos silvestres (germoplasma) de muchas especies y variedades de maíz, maguey, nopal, amaranto, frijol y chile. Además, casi una cuarta parte de la flora vascular mexicana es utilizada como: alimento, vestido, utensilios, etcétera.

En el mundo se utilizan entre 30 y 40 especies de mamíferos, de las cuales sólo unas cuantas proveen de alimento y servicios a la mayor parte de la población mundial (asnos, ganado vacuno, cabras, caballos, cerdos, ovejas). Al igual que con muchas especies de plantas, el ser humano ha modificado para su beneficio la constitución genética de distintas poblaciones de estas especies, dando lugar a más de 4,000 “razas”. Esta gran diversidad se ha desarrollado a lo largo de 10, 000 años de domesticación.

 

La desaparición de alguna especie de esta cadena alimenticia alteraría el equilibrio ecológico

La biodiversidad es importante en el funcionamiento del ecosistema porque provee de servicios ecológicos no sólo a las especies silvestres, sino también al hombre. Cada especie desempeña un papel ecológico, por lo tanto, la pérdida de alguna de éstas puede provocar efectos no deseados, ocasionando el desequilibrio de las cadenas y redes alimentarias y por consiguiente, el mal funcionamiento y alteración del ecosistema. En Borneo, por ejemplo, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) quiso exterminar a los mosquitos y a las moscas con DDT; provocó la desaparición de muchos otros insectos, entre ellos una avispa que se alimentaba de una especie de oruga, cuyo número aumentó enormemente, consumiendo las techumbres de las viviendas indígenas. Además, se envenenó al principal depredador de las moscas, la salamanquesa, lo que implicó la desaparición del principal depredador de este reptil, el gato. Esta pérdida trajo consigo una plaga de ratas y ratones.

 

Un par de líquenes luchando por su supervivencia

Existen varias especies efectivas en el control de plagas, cuya desaparición provocaría verdaderas catástrofes. De igual forma, muchas especies son buenas indicadoras de la contaminación ambiental, pues su presencia o ausencia en lugares específicos, sirve como advertencia temprana de los cambios perjudiciales que ocurren en un ecosistema.

Cuando determinadas especies comienzan a desaparecer de una zona nos están indicando que los cambios pueden ser irreversibles para el sustento de la vida, a no ser que se actúe rápido. Por ejemplo, la presencia de líquenes sobre la corteza de los árboles indica la ausencia de contaminación atmosférica, debido a que son muy sensibles al CO2 en concentraciones relativamente bajas, mientras que la excesiva presencia del lirio acuático es un indicador de contaminación.